Bulle bulle...la sangre bulle. Hirviendo y no por el verano. La bronca. Y las discusiones siguen y, como buena miembro de mi familia, estás muy equivocado si te pensás que a mi se me pasa de un día para el otro, especialmente cuando no hemos debatido el asunto. Ni siquiera me das quorum para hacerlo.
Y así, con el nudo en la garganta, llego a la estación de tren. Que bronca. Y saco la lista mental de todas las calamidades que me rodean. Y pobrecita de mi.
Llego como media hora antes de que el tren llegue así que para matar el embole empiezo a hurgar en mi billetera que esta gordita y no de plata. Que tendré! Siempre juntando porquerías. Se me cruzó por la cabeza una idea (auto)destructiva: "ahora de la bronca voy y reviento la tarjeta de crédito. Lo único que tengo que hacer es bajarme una estación antes". Un poco de shopping siempre soluciona la vida (pfffffft).
Entre papeles y tarjetas de esas de descuento en el super y en la librería y en la perfumería; encuentro una libretita que hace un tiempo una amiga me regalo. Ya me la había olvidado. En las hojas dice "Ne remettez pas le bonheur a domain"... no pospongas la felicidad para mañana...
Y con suspiro incluído me dije.. que bolu... hasta cuando. Y la bronca la sigo teniendo porque ... porque si. Porque esto lo quiero aclarar. Pero tambien quiero dejar de discutir. Tan aburrido siempre lo mismo.
Un pedido a la solidaridad nomas... al universo... si me quiere seguir mandando mensajes subliminales, que me lo haga un poco mas entretenido y no tan obvios. O por ahi es que los obvios no los veo...
...nadie los ve.
Enyoguicemonos, universo. Escuchemos una musiquita.
"La vie en Rose", con Edith Piaff en un cabarulo en Paris.
No me bajé una estación antes.
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